jueves, 16 de abril de 2009

Pisando telarañas
de un camino olvidado
tropecé con la roca
que atrapaba mis manos.

Movida por la fuerza
que impulsaron mis brazos
rodé hasta más allá
del camino andado,
hacia el vacio oscuro
de un profundo pantano.

1 comentario:

Gabiprog dijo...

A veces las cunetas del pasado son las zonas mas peligrosas del sendero.

Besos!